PITONISA I
-¿Te das cuenta?, somos como un astrolabio-, dijo, y enseguida encendió un cigarro
-Hace poco más de
cinco años, unos supuestos asesores de la NASA me contactaron por el correo
electrónico: “Estimada Pitonisa, tenemos conocimiento de las diversas premoniciones
que ha comunicado al Dr. Joseph L. Kohrs, del Consejo Asesor de la NASA. Dadas
las circunstancias es de vital importancia concertar una cita antes de que la
misión tenga luz verde. Usted indíquenos la fecha y lugar. Sr. William D
Hanisee”. -Al parecer acerté con un pequeño detalle que ellos daban por
sentado.
Le pregunté que de qué
hablaba, sí tenía conocidos en la NASA o que era todo ese rollo. Usualmente
después de un palo uno come algo, se fuma un cigarro, se duerme o ya de plano
se conviene el próximo encuentro, pero Pitonisa hablaba con ese aire apretujado
de mujer madura que se sabe experimentada en las artes adivinatorias y el sexo.
-Ay, querido, antes
que pedirme explicaciones, déjame decirte que el sexo de hoy ha sido tan bueno
que no sólo vi que en enero a los Caribes de Arizoátegui ganarán la Liga
Venezolana de Beisbol Profesional, sino que pude ver que ese sería su debut y
despedida y vi también quien la ganará hasta dentro de tres años… Quién sabe…,
tal vez sea importante soltar esa información desde ahora. -¿Conoces algún
entrenados de beisbol venezolano?-, me preguntó como esperando que le diera
toda una lista. Yo sólo reí y fingí pensar en su pregunta.
-Lo de la NASA,
termino de contarte, fue encantador. Un día estaba encima de mi un hombre que
conocí en la fila del banco. Era alto y amable, además me pareció excitante como le brincaban las pequeñas
venitas del cuello. Hablamos poco, lo necesario para proponernos una huida
furtiva hacia algún hotel preferentemente desconocido para ambos. Ya en la
habitación él quiso llevar la batuta, lo deje lamer donde más me gusta, amasar
ahí donde me has pegado un mordisco hace rato, y meter sus dedos hasta donde ya
te imaginas… El resultado: la visión clara y acelerada de cómo una fuga de
algún gas extraño perforaría el depósito de combustible del transbordador
espacial Discovery y toda su tripulación moriría por esa causa.
A ver…, a ver… Esta
tía esta completamente loca, pensé mientras me limpiaba los residuos del,
ahora, extraño coito y Pitonisa continuaba alardeando de sus visiones. ¿De qué
demonios habla y por qué diablos me cuenta que alguien más la toqueteo de esa
manera? Uno no va por ahí acostándose con señoras para escuchar como se las han
cogido. Pero apenas era un atisbo de lo que en realidad era Pitonisa.
Ese día fue el primero
de muchos en los que además de buen sexo ella me dejaría abatido en la cama
mientras se apresuraba a recordar lo que había visto al llegar al orgasmo. De a
poco fue soltando algunas de sus historias; cómo se dio cuenta de que podía
predecir el futuro cuando cogía y cómo eso la había convertido en una mujer
dominante en la cama. Yo, con apenas la mitad de años de Pitonisa, supe que
ella sería mi pase a otro mundo; uno alejado de la universidad, del trabajo que
no tenía y de los amigos que nunca me entendían.
Recuerdo que esa vez
llegue a la casa de mi madre y busque en internet información sobre el
transbordador espacial Discovery, el cual despegó sin ningún problema el 4 de
julio de 2006. Me sorprendió leer al final del texto que de no ser por el
trabajo de ingenieros y científicos aquella misión habría fracasado debido a
algunas fallas en el depósito principal de combustible.
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